La discriminación puede ser una gran preocupación para muchos inmigrantes estadounidenses. Sin embargo, existen leyes federales diseñadas específicamente para proteger a los inmigrantes durante el proceso de contratación y más allá.
Los empleadores no pueden discriminar a los empleados debido a su ciudadanía o estatus migratorio. Además, los empleadores también tienen prohibido tomar represalias contra un trabajador que presente un cargo de discriminación o participe en una investigación en el lugar de trabajo.
Los empleadores no pueden solicitar una autorización de empleo antes de que un inmigrante acepte un trabajo. Los empleadores tampoco pueden negarse a aceptar documentos de autorización o no contratar a un solicitante únicamente porque no es un residente permanente o ciudadano.
Cuando las leyes de inmigración y laborales convergen, los problemas pueden complicarse. Creemos que todos los inmigrantes deben comprender sus derechos bajo ambas leyes federales.
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