En ciertos matrimonios, uno de los esposos es la principal fuente de ingresos, mientras que el otro se dedica a las labores del hogar, lo que comúnmente se conoce como “ama de casa”. Sin embargo, cuando estas parejas solicitan el divorcio o se encuentran en proceso de separación, el aspecto financiero suele convertirse en un asunto complejo.
La ley en Carolina del Norte toma en consideración las contribuciones del cónyuge que se dedica a las responsabilidades del hogar. Entre otros aspectos, los jueces evaluarán las contribuciones que un cónyuge haya hecho para respaldar la educación o capacitación del otro cónyuge, lo que le permitió aumentar sus ingresos. Los jueces examinarán estos mismos factores para determinar la relativa capacidad de ingresos de cada cónyuge. Por ejemplo, si un cónyuge ha dedicado años a cuidar a los hijos mientras el otro obtuvo un título avanzado, el tribunal debe tener en cuenta esta circunstancia al determinar la pensión alimenticia. En resumen, si la contribución de un cónyuge posibilitó que el otro se capacitara para aumentar su potencial de ingresos, el tribunal no debe pasar por alto dicho aporte.
No obstante, asignar un valor al trabajo no remunerado sigue siendo una tarea desafiante. Esto a menudo implica considerar el valor de mercado justo para calcular el trabajo (tales como cocinar, limpiar, etc.) si se contratara a alguien para realizar estas labores. Sin embargo, debido a que cada matrimonio es único, este tipo de cálculo resulta insuficiente.
En cambio, un juez podría utilizar suposiciones para evaluar las actividades que llevaría a cabo el cónyuge que se queda en casa si no desempeñara el rol de ama de casa. Este enfoque sólo es efectivo si existen pruebas que respalden la pérdida de ingresos potenciales.
Si usted es el cónyuge que se queda en casa y le preocupa cómo esto pueda impactar su caso, le invitamos a ponerse en contacto con nuestros abogados especializados en derecho familiar hoy mismo.